Nacidos y criados en el culturalmente rico pueblo de Ojinaga, La Fiera de Ojinaga se inspira profundamente en sus raíces. Ojinaga no es solo un lugar, sino un vibrante crisol cultural, que influyó en el sonido de la banda desde temprana edad. Durante su infancia, los músicos experimentaron un ambiente dinámico y musical: las reuniones familiares solían incluir cánticos conmovedores y bailes tradicionales que dejaron una huella imborrable. Los sonidos del norteño impregnaron su infancia, despertando un profundo aprecio por la música y las historias que teje.

Con familias arraigadas en las tradiciones del norte de México, los miembros de La Fiera de Ojinaga aprendieron a tocar instrumentos desde pequeños, retomando los ritmos de sus ancestros. Sus dificultades socioeconómicas les enseñaron resiliencia y creatividad, moldeando no solo su visión del mundo, sino también su afán de éxito en la competitiva escena musical. Este contexto creó un amor genuino por la autenticidad de los discos de vinilo, lo que los llevó a soñar con algún día plasmar su propia música en el mismo medio que los había inspirado durante sus años de formación.